No sé si se debe a que están todos condescendientes con la dueña del blog o qué, pero hubo fuerte apoyo a mis mociones, a las que se sumaron varios nombres dignos de destacar. Aquí van los resultados finales de "MI PRENSERO FAVORITO".
Los tres más votados:
Hernán Etchaleco del diputado Adrián Pérez (CC)
Paula Atlante del senador Gerardo Morales (UCR)
Ignacio Bordoli del senador Ernesto Sanz (UCR)
Le siguen muy, muy de cerca:
Laura Echezarreta de la diputada nacional electa Margarita Stolbizer (GEN)
Claudia Burguiñón del senador Rubén Giustiniani (PS)
Un responsable de prensa de un ministro de la nación que mencionaré al final de este post
Y al toque, pegaditos:
Los chicos del diputado electo Fernando Pino Solanas (Proyecto Sur)
Agustina Diez Monet de la diputada Paula Bertold (PRO)
Carlos Cortés de la diputada Patricia Bullrich (CC)
Sebastián Fernández del economista Ricardo López Murphy
Martín Raventos de la senadora María Eugenia Estenssoro (CC)
Juan Gentile del diputado Federico Pinedo (PRO)
Mención especial 1:
Paula Schuster de la Vicejefa de Gobierno porteño Gabriela Michetti, ganadora la plaqueta "sitedigoquenoesnoysitedigotellamotellamo"
(es hora de que los productores aprendamos a trabajar un poquito mejor)
Mención especial 2:
Alicia, de la oficina de Hugo Moyano, y Lucy, asistente de Roberto Lavagna.
Peeero... siempre hay un pero. A mi entender hay un campeón moral. Recibió tantos votos como muchas de las personas mencionadas más arriba, sin embargo, merece un apartado especial por dos motivos:
1.- hace prensa de un funcionario público, obviamente oficialista.
2-. le tocaron tiempos dificiles, con un oficialismo que precisamente casi no habla con los medios.
Estamos hablando de Mario Caputo, responsable de prensa del Ministro del Interior Florencio Randazzo.
Gracias a todos por mandar sus votos y... sigan participando!
PD: Escribo los nombres completos y cargos de todos porque nos leen unos amigos de Chile y de Colombia. Cariños para ellos, a quienes ya vamos a invitarlos a escribir unos post para saber cómo es producir por sus pagos.
Los productores estamos ahí donde la inseguridad se convierte en una sensación, la necesidad de un órgano en una causa nacional o un acto privado en un escándalo público. Tomamos decisiones grandes, chicas, buenas, malas y peores. En este blog pretendo volcar reflexiones, opiniones, anécdotas, dudas y chiquitísimas certezas de la cocina de los medios.
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7.11.2009
MI PRENSERO FAVORITO
POLÍTICA
Algo tienen en común con los productores. Trabajan en la sombra y pocas veces se llevan un reconocimiento. No les gusta que les digamos "prenseros". Prefieren "jefe de prensa" o "vocero". En el ambiente político, los hay de todos los estilos, como la gente misma. Aquí van los más frecuentes...
Llamame en un ratito (posta)... esto es lo que debería pasar siempre, consultan a su representado y antes de que empieces a producir otra nota, ya te contestaron por si o por no. Es fácil y debería ser la única categoría para la gente que hace prensa, pero no... hay muchas más.
Llamame en un ratito (trucho)... este se detecta en la segunda llamada que le hacés. Su voz tiene la misma carga de optimismo que la del posta, pero hay algo en el tono que te activa el recuedo de la vez anterior, cuando hizo que lo llamaras siete veces en un día y no llegaste a nada, ni siquiera a un "no va a hablar".
Estrellita mía... hay pocos, muy pocos, pero tienen la fantasía de ser "gerentes de relaciones institucionales" y no te consiguen al entrevistado, pero se ofrecen a salir ellos. Es un engorro, porque sin herirlos (no se puede matar al mensajero) tenés que salir del paso con cortesía.
Dejame tu mensaje... de estos hay miles. Tienen el teléfono cerrado a las 6 de la mañana, a las 3 de la tarde o a las 8 de la noche. Es más fácil comunicarse con el entrevistado que con ellos. Lo primero que se te cruza por la cabeza es "¿cuánto cobra este tipo por tener cerrado el teléfono todo el día?"
Recién egresado de TEA (o de cualquier otra escuela. No se enojen porque hay excepciones y seguramente exagero, pero algunos son tan tiernos que merecen una clasificación propia)... hace bien todos los deberes. Te pregunta quién va a hacer la nota, de qué tema querés hablar y con quién lo vas a cruzar. En cuanto te repreguntan el tema porque no lo entendieron o quieren reproducirlo ellos con sus palabras, advertís que la última vez que leyeron un diario fue para dar el último examen de la carrera.
Los nerviositos... son escasos, por suerte. Yo recuerdo nada más que a uno o dos. Atienden el teléfono no sé para qué, porque nunca tienen tiempo de hablar, solo necesitan que les liberes la línea. Te cortan, pero antes de escuchar el click, podés descifrar ese murmullo que en realidad fue una puteada. Siempre están haciendo otra cosa más importante que tu llamado.
Mandame un mail (administración privada)... es un problema, porque el productor no siempre produce sentado en un escritorio frente a una máquina conectada a internet. Si lográs que en el medio donde trabajás la única máquina que existe funcione, tenga conexión, no esté bloqueada por un usuario que se olvidó de cerrar su sesión y no la esté usando nadie, en general conseguís buenos resultados.
Mandame un mail (administración pública)... sencillamente, olvidate de conseguir la entrevista.
Los levanta muertos... hacen un trabajo loable, prensar a los imprensables. Acá se da vuelta la tortilla. Les toca llamar a ellos, y saben que hay un 101% de posibilidades de que no les des cabida. Son super creativos, bienintencionados, respetuosos y optimistas. Es probable que alguno peque de pesado, pero se lo perdonás. Sabés que la vida lo compensará y te lo vas a cruzar en algún otro momento.
Los groupies de periodistas... estos se llevan abiertamente toda mi bronca. Tienen la capacidad de ser fríos, distantes y cortantes con los productores, pero super simpáticos, confianzudos y divertidos con los periodistas. Y vos, como un nabo, te preguntás... ¿cuál es la diferencia humana entre ese señor que está sentado adelante de la cámara y yo que estoy al lado del teléfono? Peor aún, los llamás vos a sus celulares y en lugar de devolverte la llamada, se la devuelven al conductor, para el que paradójicamente un prensero (otra coincidencia con los productores) "vale dos mangos".
Los del viejo truco de la zanahoria... trabajan en prensa de políticos fuertes y poderosos, jamás te consiguen una nota con esos hombres, sencillamente porque esos hombres no dan notas. En general, trabajan con gobernadores. Abusan de un trato injusto: a cambio de la entrevista que nunca te van a dar, te ofrecen al último candidato a concejal del municipio más chiquito del país por un tema que a nadie le interesa. Y te meten en un verdadero problema.
Hay más, pero me cansé de clasificarlos y seguramente ustedes de leerlos.
Manden las clasificaciones que se les ocurran, y por favor, participen en el TOP FIVE de MI PRENSERO FAVORITO. Prometo publicar el resultado final. Ellos se lo merecen.
Algo tienen en común con los productores. Trabajan en la sombra y pocas veces se llevan un reconocimiento. No les gusta que les digamos "prenseros". Prefieren "jefe de prensa" o "vocero". En el ambiente político, los hay de todos los estilos, como la gente misma. Aquí van los más frecuentes...
Llamame en un ratito (posta)... esto es lo que debería pasar siempre, consultan a su representado y antes de que empieces a producir otra nota, ya te contestaron por si o por no. Es fácil y debería ser la única categoría para la gente que hace prensa, pero no... hay muchas más.
Llamame en un ratito (trucho)... este se detecta en la segunda llamada que le hacés. Su voz tiene la misma carga de optimismo que la del posta, pero hay algo en el tono que te activa el recuedo de la vez anterior, cuando hizo que lo llamaras siete veces en un día y no llegaste a nada, ni siquiera a un "no va a hablar".
Estrellita mía... hay pocos, muy pocos, pero tienen la fantasía de ser "gerentes de relaciones institucionales" y no te consiguen al entrevistado, pero se ofrecen a salir ellos. Es un engorro, porque sin herirlos (no se puede matar al mensajero) tenés que salir del paso con cortesía.
Dejame tu mensaje... de estos hay miles. Tienen el teléfono cerrado a las 6 de la mañana, a las 3 de la tarde o a las 8 de la noche. Es más fácil comunicarse con el entrevistado que con ellos. Lo primero que se te cruza por la cabeza es "¿cuánto cobra este tipo por tener cerrado el teléfono todo el día?"
Recién egresado de TEA (o de cualquier otra escuela. No se enojen porque hay excepciones y seguramente exagero, pero algunos son tan tiernos que merecen una clasificación propia)... hace bien todos los deberes. Te pregunta quién va a hacer la nota, de qué tema querés hablar y con quién lo vas a cruzar. En cuanto te repreguntan el tema porque no lo entendieron o quieren reproducirlo ellos con sus palabras, advertís que la última vez que leyeron un diario fue para dar el último examen de la carrera.
Los nerviositos... son escasos, por suerte. Yo recuerdo nada más que a uno o dos. Atienden el teléfono no sé para qué, porque nunca tienen tiempo de hablar, solo necesitan que les liberes la línea. Te cortan, pero antes de escuchar el click, podés descifrar ese murmullo que en realidad fue una puteada. Siempre están haciendo otra cosa más importante que tu llamado.
Mandame un mail (administración privada)... es un problema, porque el productor no siempre produce sentado en un escritorio frente a una máquina conectada a internet. Si lográs que en el medio donde trabajás la única máquina que existe funcione, tenga conexión, no esté bloqueada por un usuario que se olvidó de cerrar su sesión y no la esté usando nadie, en general conseguís buenos resultados.
Mandame un mail (administración pública)... sencillamente, olvidate de conseguir la entrevista.
Los levanta muertos... hacen un trabajo loable, prensar a los imprensables. Acá se da vuelta la tortilla. Les toca llamar a ellos, y saben que hay un 101% de posibilidades de que no les des cabida. Son super creativos, bienintencionados, respetuosos y optimistas. Es probable que alguno peque de pesado, pero se lo perdonás. Sabés que la vida lo compensará y te lo vas a cruzar en algún otro momento.
Los groupies de periodistas... estos se llevan abiertamente toda mi bronca. Tienen la capacidad de ser fríos, distantes y cortantes con los productores, pero super simpáticos, confianzudos y divertidos con los periodistas. Y vos, como un nabo, te preguntás... ¿cuál es la diferencia humana entre ese señor que está sentado adelante de la cámara y yo que estoy al lado del teléfono? Peor aún, los llamás vos a sus celulares y en lugar de devolverte la llamada, se la devuelven al conductor, para el que paradójicamente un prensero (otra coincidencia con los productores) "vale dos mangos".
Los del viejo truco de la zanahoria... trabajan en prensa de políticos fuertes y poderosos, jamás te consiguen una nota con esos hombres, sencillamente porque esos hombres no dan notas. En general, trabajan con gobernadores. Abusan de un trato injusto: a cambio de la entrevista que nunca te van a dar, te ofrecen al último candidato a concejal del municipio más chiquito del país por un tema que a nadie le interesa. Y te meten en un verdadero problema.
Hay más, pero me cansé de clasificarlos y seguramente ustedes de leerlos.
Manden las clasificaciones que se les ocurran, y por favor, participen en el TOP FIVE de MI PRENSERO FAVORITO. Prometo publicar el resultado final. Ellos se lo merecen.
MI TOP FIVE
- Hernán Etchaleco, de la CC y Adrián Pérez. Atiende, trata con respeto y buena onda, está super informado, si no te consigue la entrevista da una mano para buscar otra alternativa, no da vueltas ni te tiene esperando todo el día. Es difícil que salgas de una gestión con él con las manos vacías.
- Pegaditos, casi a la par, Paula Atlante, del senador radical Gerardo Morales e Ignacio Bordoli, del senador también radical Ernesto Sanz. Concretísimos: Habla o no habla. Están ocupados hasta tal hora, están en tal teléfono, están en tal lado. Conexión total con sus representados. Un lujo.
- Los Carlos de Duhalde. Son unos caballeros. Convengamos que el entrevistado es dificil, pero si te piden unos minutos, es porque realmente están haciendo gestiones por tu nota, aunque en general es un No. No importa.
Y me faltan dos... Uy, me metí en un lío. Se me ocurren muchos pero si me cuelgo pensando no termino más esta entrada. Y el verbo más difícil en mi vida es "decidir". Prometo completarlo a la brevedad. Manden el suyo. Me reservo el derecho de publicar nombres y apellidos sólo con valoraciones positivas.
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