Ana Carla Faunes -
Periodista por oficio, animal de radio por experiencia, mujer y argentina por destino, cuenta historias por opción
Nuestro anti-rol en los medios.
Cuando una comienza su carrera profesional en los medios, se enfrenta a todo un desafío. No sólo porque la inserción de por sí es difícil -ya que hay que estar dispuesta a trabajar por un par de pesos, soportar ciertos humores y demàs cuestiones que seguramente ustedes conocen- sino, además, hay que enfrentarse con el hecho de que una es mujer (y no quiero con esto emular a ¡La Gran Nacha!) ¿Y qué mujer? No estamos hablando de un 90-60-90, ni de un metro ochenta de estatura. No. Sino sería todo mucho más fácil, aunque nuestro crédito profesional estaría siempre ligado a los callos que una puede desarrollar en las rodillas y a la infinidad de muchachos (verdaderos o falsos) que han disfrutado de nuestra compañía. Pero insisto, este no es el caso. Es sólo uno más, un caso común, como el de la mayoría de las jóvenes profesionales de nuestro medio.
Cuando empezás a trabajar en una radio, en tv o en la redacción de un diario, y estás en un equipo de hombres y mujeres, comienza el... ¡PRIMER DESAFÍO! ¿A quién le pide el Jefe el café? ¿Al chico o a la chica?
_ ¡Si! ¡Ganaste! Siempre, pero siempre (como una verdad revelada) es a LA CHICA.
Y así comienza nuestro derrotero en este medio. Con vasito extraído de la máquina de café o en el mejor de los casos con la taza humeante en nuestra mano. Cumpliendo nuestro rol profesional/social/familiar o como quieras justificarlo. Pero ahí estamos, en esa situación. Y a la que me diga que nunca lo hizo... no le creo.
Seguramente ésta -o alguna circunstancia similar- te pasó a vos. ¿O no?
Y si sos varón, y llegaste a este punto ¿cuál fue tu experiencia? ¿cuándo te sentiste una chica por hacer lo que pide el jefe? O mejor... una confesión. ¿cuándo sometiste a una chica a cumplir su rol de género? eso sí, no estamos hablando de acoso. Jaja!
Periodista por oficio, animal de radio por experiencia, mujer y argentina por destino, cuenta historias por opción
Nuestro anti-rol en los medios.
Cuando una comienza su carrera profesional en los medios, se enfrenta a todo un desafío. No sólo porque la inserción de por sí es difícil -ya que hay que estar dispuesta a trabajar por un par de pesos, soportar ciertos humores y demàs cuestiones que seguramente ustedes conocen- sino, además, hay que enfrentarse con el hecho de que una es mujer (y no quiero con esto emular a ¡La Gran Nacha!) ¿Y qué mujer? No estamos hablando de un 90-60-90, ni de un metro ochenta de estatura. No. Sino sería todo mucho más fácil, aunque nuestro crédito profesional estaría siempre ligado a los callos que una puede desarrollar en las rodillas y a la infinidad de muchachos (verdaderos o falsos) que han disfrutado de nuestra compañía. Pero insisto, este no es el caso. Es sólo uno más, un caso común, como el de la mayoría de las jóvenes profesionales de nuestro medio.
Cuando empezás a trabajar en una radio, en tv o en la redacción de un diario, y estás en un equipo de hombres y mujeres, comienza el... ¡PRIMER DESAFÍO! ¿A quién le pide el Jefe el café? ¿Al chico o a la chica?
_ ¡Si! ¡Ganaste! Siempre, pero siempre (como una verdad revelada) es a LA CHICA.
Y así comienza nuestro derrotero en este medio. Con vasito extraído de la máquina de café o en el mejor de los casos con la taza humeante en nuestra mano. Cumpliendo nuestro rol profesional/social/familiar o como quieras justificarlo. Pero ahí estamos, en esa situación. Y a la que me diga que nunca lo hizo... no le creo.
Seguramente ésta -o alguna circunstancia similar- te pasó a vos. ¿O no?
Y si sos varón, y llegaste a este punto ¿cuál fue tu experiencia? ¿cuándo te sentiste una chica por hacer lo que pide el jefe? O mejor... una confesión. ¿cuándo sometiste a una chica a cumplir su rol de género? eso sí, no estamos hablando de acoso. Jaja!