
Las horas se alteran, se duplican, se dilatan.
De los fenómenos que conozco, es el más parecido la física cuántica.
Los productores estamos ahí donde la inseguridad se convierte en una sensación, la necesidad de un órgano en una causa nacional o un acto privado en un escándalo público. Tomamos decisiones grandes, chicas, buenas, malas y peores. En este blog pretendo volcar reflexiones, opiniones, anécdotas, dudas y chiquitísimas certezas de la cocina de los medios.
ENTRE MINAS I
Una vez pasado el primer desafío ¿recuerdan el del llevarle el café al jefe? Llega la segunda prueba: tener una jefa.
En mi haber tengo varias mujeres, de todo tipo; de las fáciles -y no porque lleven una vida solenciosa- y de las difíciles, de las muy difíciles.
Cuando tenés una jefa vas tomando roles: cuando sos muy joven te adopta como una hija; un poco más grande se transforma en tu amiga/confidente; cuando stá mal acostumbrada pasás a ser la secretaria y/o mucama: no respeta tus horarios, te pide que estés on line todo el tiempo, te reduce el sueldo cuando se le cae la pauta te sugiere que salgas a buscar clientes, etc... Pero esto no es privativo de las mujeres. Es algo común a todos los jefes sean del sexo que sean o tengan la orientación sexual que tengan.
Yo he tenido grandes enseñanzas, sobre todo teniendo en cuenta que, aunque está poblado de mujeres, este es un medio áspero parar aquellas que llegan a cargos jerárquicos. ¿Por qué áspero? Algunas reglas tácitas.