7.15.2009

INOLVIDABLES I






Década del noventa. Noventa y pocos (soy mala para las fechas, para los nombres, para las cuentas, para... bue, no importa). Canal de noticias. Noticiero del mediodía. RM y MT cerraron el programa con una cálida despedida. Salió impecable. Como casi todos los días. Bastábamos sólo tres productores obsesivos a cargo de esa maquinaria perfecta. Nos matábamos para llegar a todo. Y llegábamos. "¡Hermoso. Gracias chicos. Nos vemos mañana!"

Ese mediodia, el diputado Varela Cid era interpelado en el congreso. El canal se jugaba con una movida inédita: transmitir el móvil en vivo directamente desde el switcher master, sin pasar por el control. Hasta ahí, todo bien. Lo único que le faltaba al switcher, era el videograph y ¡oh detalle!, el videographista. Dicen que lo que siguió, fue más o menos así:

que Che! fulanitooo... ¿cargás vos?, y que no... que me voy a comer, y que quedate, y que yo no sé usarla, y que yo tampoco, y que esta máquina no la usé nunca, y que pongan a alguien, y que me parece que podés escribir en la página 1111, y que no te escuché, ¿qué dijiste?, y que me parece que... a ver... no... nada, no sé, que me parece que esta máquina no tiene previo, y que ¿y que página se usa?, y que la 1111, y que !uy!esperá que llama el móvil... ¿holaaa?; y que bueno... yo me voy, y que no... quedate, ¿qué página dijiste?, y que no sé porque no tiene previo... poné cuatro unos, y que ¿cuatro uno? ¿41? (4... 1... enter...), y que noooooooooooooooooo!!!!!!!!!!! que no tiene pre... !!!!

Placa amarilla con letras blancas, look vaticano total, al aire: MURIÓ EL PAPA POR PROBLEMAS CARDÍACOS.

Era una placa borrador. Un texto de prueba. Un modelo para placas futuras. Tan verosímil como alejada de la realidad. Ahí, en la pantalla, al aire, protagonista de un papelón mediático.

Duró nada. Cuatro segundos. Lo suficiente para que los tres productores que salíamos orgullosos de hacer el noti corriéramos a las cableras a ver por qué nos habíamos comido la noticia. Lo suficiente para que los conductores de radio las leyeran en sus televisores, la reprodujeran en sus micrófonos y de ahí en más el rebote interminable por el mundo. Lo suficiente para que los gerentes salieran asustados de sus oficinas y los teléfonos comenzaran a sonar en la redacción con la misma pregunta repetida en todos los idiomas, contestada con un balbuceo unánime (y porteño).

Fue un instante de colapso total. Corto. Pero de esos que no te olvidás más. Al ratito todos comenzamos a entender lo que había pasado; los jefes armaron flashes en vivo para la desmentida. Horrible momento el de poner la carita, son esos días en que uno dice: "fiuuuuu... por suerte soy productor y no conductor". ¿Qué decimos? tal cosa, tal otra, mejor esto, no... eso es peor... Hasta que se acercó uno de los jefes más altos. Creo que deseaba que todos nos desintegráramos en el aire y desapareciéramos de su vista. Después de meter en su despacho al productor general y antes de cerrar la puerta, nos miró con el rictus durísimo, los ojos inyectados en bronca y nos dijo con sorna: hagan otra placa que diga: MILAGRO, RESUCITÓ! Al día siguiente rodaron cabezas, versiones y chismes.

NdeB: Dicen las malas lenguas que alguna vez, analizando una estética de competencia con otro canal, se cargaron las páginas 41 y 42, una con el poco feliz texto del papa y otro con una leyenda que -de haber salido- hubiera sido un poquito más dificil de remontar. Las malas más malas de las lenguas dicen que la placa hablaba de un ex presidente. Y decía -en chiste obviamente- "FULANO, LARGÁ LA MERCA."

1 comentario:

Fernando Candeias dijo...

Muy buena anécdota. A mi me tocó, lamentablemente, estar al aire en radio cuando nos notificaban de la muerte del Negro Fontanarrosa. Ahí rápido buscamos audios de archivo para ilustrar la manera más respetuosa posible la muerte del Negro.

Corriendo, con pen drives, con hojas impresas, datos y los ojos llenos vidriosos salvamos el momento.

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