Pasan los años y me sigue resultando difícil abordar como productora la conmemoración de un 24 de marzo.
Entre mi mirada y la de mi conductor de turno, suele haber tanta distancia que finalmente pierdo mi eje.
De los medios hacia afuera salen opiniones sesgadas, supuestos repetidos sin procesar, verdades a medias, análisis superficiales, reflexiones impostadas o comparaciones canallas que vacían de sentido cualquier homenaje.
Y los mensajes que llegan desde afuera hacia los medios son tan diversos que me dan escalofríos. De un extremo al otro, los oyentes y televidentes pasan por todos los grises, hasta el negro absoluto.
Siempre me queda en medio del pecho la misma sensación de un hueco duro. Lo siento cuando pienso en una armonía imposible.
1 comentario:
no hay armonía posible en canciones tan disonantes
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